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Pequeño
texto biográfico
Nací
entre las neblinas de Ensenada
en
una casa donde no había libros
no
tuve de vecinos a poetas
pero
corrí entre olivos y parras
Como
a muchos otros niños
la
libertad de un patio vacío
me
enseñó a imaginar
la
espada de un pirata
o un avión
con grandes motores
moviéndose
en medio de las nubes
Sembré
mis primeros sueños
en
los mismos molinos de viento
donde
hundió su lanza Don Quijote
y
memorice poemas escolares
cuyas
rimas pegajosas
jugaban
en mi lengua
Todavía
guardo en mi memoria
el
canto de Amado Nervo
el ave
canta en el boscaje
la flor
revienta en el pensil
ya llegó
abril ya llegó abril
fueron
los versos aprendidos
en
el segundo año de primaria
que
me hacían imaginar primaveras
después
del verano
Y
luego la primer metamorfosis
el
enamoramiento platónico tímido
mientras
calculaba la aceleración
de
un cuerpo en caída libre
imaginaba
de forma silenciosa
las
profundidades de los mares
imaginaba
las grandes oscuridades
de
una noche sin estrellas
quiero
morir cuando decline el día
en altar y
con la cara al cielo
donde
parezca un sueño la agonía
el alma un ave
que remonta el vuelo
me
repetía Gutiérrez Nájera
y esas
palabras de aliento marino
como
un oleaje intenso
me
arrastraban de libro en libro
mi
vicio a partir de la adolescencia
Mi
corazón curioso me llevó a la ciencia
mientras
Neruda Benedetti Sabines y Otros
me
hablaban al oído
Yo
avanzaba en las matemáticas
mientras
las voces de poetas insistían
en
traerme mensajes nuevos
Para que tú
me oigas
mis palabras
se adelgazan
a veces
como las
huellas de las gaviotas en las playas
son
palabras del universal Neruda
estibadas
en mi cabeza en un estante cercano
a
donde ondean las fórmulas de Newton
si
porque la ciencia
al
fin y al cabo
se
volvió huésped permanente de mis días
Años
después escribí
escribí
versos bohemiamente escribí
De
qué
no
podía sino escribir de lo que soy
de
lo que guardo en mis cajones
de margaritas
cielos azules insectos
de olas
entregándose en la arena
de
las burbujas cristalinas
erupción
de los amores
de mis
miedos ancestrales
de
la salud de mis huesos
de
mis puertos mis refugios
esos
que me protegen de todo daño
Siempre
he sentido que al escribir
cavo
en mi cuerpo separo mis moléculas
muestro
mis silencios mis intestinos
exhibo
mis sentidos me olvido de Pitágoras
mi sudor
se convierte en tinta
y
así vierto lluvias pasadas
gota
a gota
en
hojas indefensamente blancas
Escribo
y soy parte de un mar sin límites
disfruto
la soledad de un atardecer
trazo
mapas de mi alma
y
de galaxias lejanas
soy
desierto soy estrella polar
soy
festejo soy melancolía
me
deshago del salitre en la piel
y sólo
calculo el flujo de los ríos
que
entran a mi corazón
Cuando
escribo cuando escribo
satisfago
mi necesidad de decir
amo
la vida
a
pesar de no conocer la ecuación
que
prediga de manera exacta
si mañana
viviré todavía
David
Salazar Miranda
25-02-2019
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